Quiero comprar una casa, para eso estuve averiguando las posibilidades que existen y al momento de revisar los requisitos para postular a algún beneficio del Estado-entiéndase subsidio- me encuentro con que estoy jodida.
Hace alrededor de diez años que soy propietaria de un inmueble. Por resguardar el inmueble que una de mis hermanas le regaló a otra(de eventuales acreedores de la otra), quien firmó la escritura de compraventa fui yo, y por lo tanto soy la dueña, aunque no lo considere mío ni realmente lo sea, es lo que llamaríamos una “ficción legal”.
Pues bien, estoy jodida porque al ser dueña de ese departamento( siempre supe que en algo me iba perjudicar haber firmado la escritura), ni aunque lo enajene podré disfrutar del ahorro que me significaría contar con el gentil auspicio del Estado, porque la ley así lo estableció.
Lo que me queda es ahorrar hasta tener lo suficiente para postular a un crédito hipotecario. En fin, de poquito a poquito se llena el saquito…
Casi todas las semanas me pongo a mirar cuántos kilómetros tengo acumulados para eventuales viajes, y no tengo tan pocos como pensaba;Y si antes pensaba usarlos para ir a ver a alguien, ahora me he dado cuenta de que no tengo a quién, así que en lugar de pensar que no tengo a quién visitar, voy a pensar qué quiero ver.
No conozco desde Futaleufú al sur, así que me voy a fijar qué lugares lindos hay, y usaré mis kilómetros en eso, de preferencia buscaré destinos en que esté alguno de mis amigos.
Miro el escritorio y lo tengo atiborrado de "pendientes", son asuntos que si bien no son urgentes, sí son importantes. Además de atiborrado está muy desordenado. Miro el papelero y tiene un par de documentos inservibles, pero lo que resalta a la vista es un envoltorio de un sandwich del Dunkin' Donuts que me traje desde Santiago el domingo, y que recién me terminé de comer hoy;encima de ese envoltorio están los papelitos de colores procedentes de huevitos de chocolate que un compañero de trabajo me regaló hace un rato. Todo acompañado por una botella de coca cola vacía. Si yo viera este papelero, mínimo pensaría que es la oficina de alguien con problemas de peso, pero no(por ahora, no), es la oficina de alguien que evade el trabajo porque en lo que va de esta semana la pobre no ha logrado concentrarse durante una hora segudida.Tiene que ver con que estoy cansada luego del fin de semana largo que aproveché para largarme y aterrizar en Puerto Varas, y ahora lo estoy pagando, sin embargo lo asocio más al maldito cambio de hora, y es que el retraso en el huso en una hora me afecta terriblemente desde siempre. En dos semanas estaré recuperada del descalabro que me produce esta modificación. Me molesta salir del trabajo de noche, y aunque estoy a dos minutos(cronometrados en bicicleta), mi cabeza siente que ya se fue el día...y es verdad, el día se fue.
Me hace falta entusiasmo y un café a la vena. Tengo que ponerme a producir, tengo que hacer desaparecer este montón de papeles, pero sobre todo debo estudiar en mis ratos libres.
Es una época rara, estoy perdida, tanto que para sentir que aprovecho el tiempo me puse a escribir este blog que tengo tirado. La verdad es que me siento muy vieja cuando lo escribo, sobre todo cuando recuerdo que empecé alrededor de los 24(¿?), y ahora con 30 me resulta extraño.
En una hora y 9 minutos salgo del trabajo, y mañana debe ser diferente. Debo terminar lo que empecé hoy, y en esta semana tengo que concluir todo lo apilado en el escritorio, lo haré, lo juro por ésta.
PS: ¿quién será "María"?
