Y me fui de vacaciones a Brasil, y ya regresé a mi triste realidad. La próxima vez me voy a Bahía aunque no me toque el carnaval. Prefiero las vacaciones del tipo "sol, playa y palmeras" que irme a hacer turismo aventura o ir a sufrir de frío.
Adquirí un bronceado fascinante y me traje un buen humor increíble.
¿Lo mejor? el agua del mar a una temperatura tan agradable que no me dolió la cabeza de frío como me pasa en el mar de Chile al zambullirme, claro que de chica no me dolía nada nada, ahora que estoy vieja empecé con las mañas y achaques...
¿Lo interesante? una guía argentina "no-gay" según mi radar, pero que me alegró el día, acá está:
Le amo, por supuesto.¿Lo enigmático? de regreso a Chile, en la escala desde Rio a Sao Paulo me tocó un holandés re simpático y relajadísmo que en determinado momento de nuestra conversación me dijo que no entendía a la gente que no hacía lo que quería, que sola se ponía trabas, y que por ejemplo, teniendo plata o tiempo para ir un solo día a New York se aproblemaba y decía que por tan poco tiempo no valía la pena, cuando en realidad lo que hay que pensar es que es mejor haber ido por un día que no haber ido nunca. Algo me hizo click, y no fue el sonido de mis rodillas al flectarlas, no! Ocurre que yo me pongo trabas, y llegué cambiada después de la conversación con el holandés.
Cambiada, descansada, de buen humor y bronceada, ¿qué más le puedo pedir a la vida?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
